Cuenta la leyenda, que una vez, un grupo de personas andaban muy cansados, cantando plegarias y pedían en sus súplicas calmar el hambre y la sed que padecían. Cuando, de un momento a otro, vieron a un cóndor bajar del cielo y convertirse en hombre.
Abrumados por las sequías, hombres y mujeres andaban sin descanso, cantando plegarias, pidiendo en dichas súplicas calmar el hambre y la sed que padecían. En tal desesperación vieron a un hermoso Cóndor que bajó del cielo y se convirtió en hombre. Todos quedaron asombrados de tal prodigio y regresaron a sus casas para esperar el buen augurio que este Señor de las Alturas les había dado en señal de sus plegarias.
Luego que el hombre cóndor recorrió arenales y quebradas apareció en la puerta de la vivienda de una hermosa mujer, hija del Curaca y le ofreció a cambio de amarlo darle a su pueblo el elemento vital de la naturaleza para que en la tierra germinen las plantas. La mujer accedió y como el extraño hombre era conocedor de los misterios de la naturaleza se la llevó a las montañas y le dijo que llorase por su pueblo. Y lloró durante muchos días: fue tan grande su sentimiento que las lágrimas perforaron el suelo y se convirtieron en un gran rio que llegó hasta el valle donde vivía.
El extraño hombre volvió a transformarse en Cóndor y diciéndole a la mujer que era el Señor de las Alturas le pidió su alma. Bajaron hasta la parte alta del valle de Nasca y la mujer dejó su cuerpo convirtiéndose en un gigantesco Cerro Blanco.
Dicen, que cuando ven al Cóndor volar sobre el cerro, anuncia venidas de agua. Y cuentan también que el Señor de las Alturas, queriendo premiar la fidelidad de esta mujer envía sus favores a todos los habitantes de la región. Por ella el dios del agua llena perennemente los manantiales eternos.
Una vez al año se colocaban ofrendas en la cima del Cerro Blanco para pedir a la Diosa de los cerros el flujo continuo de agua en los puquios.
Las pruebas se encuentran en los tiestos desparramados en dicho cerro mucho de ellos untados con oro en polvo como el cántaro llamado Ilipipipy, que reverbera a la luz de la Luna y que está llena de cenizas de huarango para que de ésta manera las plegarias lleguen en forma directa a los espíritus y dioses.
Una tradición nasqueña refiere que los antiguos habitantes de estos valles tenían por costumbre realizar en sus fiestas patronales. Hacer fogatas con troncos de huarangos, porque este árbol representa a la vida. Luego de muchos bailes en las cementeras libaban, danzando alrededor de las «estaquearías» de los templos y de las zonas secas. Cuando las fogatas se apagaban, las cenizas eran guardadas en cántaros para ofrendarlas en otras ceremonias a la Diosa de los cerros que era una deidad vinculada a la fecundidad, la que unían los elementos reproductores de la naturaleza.
En la pampa donde están trazadas las líneas de Nasca se han encontrado trozos de carbón vegetal en pequeñas áreas rodeadas de piedras.
Extraído de «Misterios y símbolos de la Cultura Nasca».
La Duna más alta del Mundo
A un suspiro de Nasca se levanta Cerro Blanco, considerada la duna más alta del planeta, cuya cima es asaltada aventureros y audaces cultores del sandboard.
En 1956 Jose María Arguedas asistió a una sesión espiritista en Nasca en la cual un curandero apelaba a varios dioses tutelares para curar a un enfermo. La principal invocación era a Cerro Blanco, ubicado una veintena de kilómetros al Este de la ciudad de Nasca y que actualmente es todavía objeto de veneración por parte de la población local. Así lo constató el explorador Víctor Villanueva, donde encontró ofrendas y flores al pie de esta descomunal duna, que con sus 2076 metros de altura no tiene rival en el planeta.
Nasca y sus líneas y su calor irreverente reciben al viajero. Allí hay que desviarse de la Panamericana y agarrar la carretera que se dirige a Puquio y las alturas de Pampa Galeras. A 25 kilómetros al Este de Nasca, tras una fuerte subida, la carretera pasa por la espalda de Cerro Blanco. Es entonces que se inicia la caminata a 1500 metros de altura. Primero todo es pedregales y tierra. Por eso algunos descreídos afirman que Cerro Blanco tiene corazón de piedra. Pero a los 1800 metros de altura la arena se hace presente y los pies empiezan a ser engullidos por esa mole blanca. Después de casi cinco horas se llega a la cima.
Luego uno se siente en un estado ingrávido, casi catatónico, sin capacidad de reaccionar ante el magnífico y a la vez desolado panorama que se despliega en cualquier dirección. Posteriormente se desciende hacia el Oeste, acompañando al sol. Cuatro horas después, con el cielo pintado de rojo, se llega a los extramuros de Nasca.
Dice la leyenda que Illa-kata (montaña más elevada de Pampa Galeras) era el señor de las alturas. Tunga, el señor de la costa, le robó a su mujer. Cuando Illa-kata se enteró rugió con voz de trueno. Ella lo oyó y rogó a Tunga dejarla morir. Tunga, la cubrió con harina de maíz de sus valles. Así nació la gran duna de Cerro Blanco, con un ojo en la cordillera y otro en el mar.
Excursión en Cerro Blanco | Turismo en Nazca
Dónde: A 160 km de la ciudad de Ica (2 horas y 50 minutos) hasta las faldas de la Duna.
Recomendaciones: El ascenso a Cerro Blanco es exigente, para esta excursión es necesario vestir ropa ligera ya que en el desierto hace mucho calor, especialmente si la realizas durante los meses de verano (diciembre a marzo), donde la temperatura promedia es de 35º C, durante el día.
Qué llevar: Si realiza esta excursión por la tarde se recomienda traer una chaqueta, ya que podría haber vientos fríos.
Se recomienda llevar buenos zapatos de caminata y media gruesas. También se recomienda traer agua, gorra, y protector solar.
Campamento: No hay establecimientos de hospedaje cerca a Cerro Blanco por lo que es mejor hospedarse en la ciudad de Nasca. Es posible acampar en la cima de Cerro Blanco pero hay que hacerlo por la tarde.
Como hago para saber de reservas de Año Nuevo?
Un poco más de información .Gracias
Hola, buenas tardes, podrían publicar el himno al JPB pero en notas musicales para tocar con quena
Hoy regreso a Lima guiada por mi esposo, quien me contaba que, cuando era niño, su padre siempre lo traía…
Reserva para el miercoles 24 al sabado 27